Nuestra amiga de doble cara, la ilusión.
Ya no hay sitio ni lugar para fingir.
Se empeña en borrar todo lo pasado, inventando un futuro mejor, lleno de emociones vanas, futuro incierto, no soy muy buena para distinguir, al fin y al cabo me lo creo todo.
Mi confesión de hoy va para esas personas que sí, que nos cuesta entender hasta que nos chocamos de frente con la realidad.
Dejando atrás todo lo creado por la ingenua ilusión.
En mí no hay espacio para el odio, por mucho que digan que del amor al odio solo hay un paso.
Y que tonta, yo ya di mil pasos, crucé tu frontera, y aquí sigo sin poder odiarte.
No se odia algo que has amado.
El odio solo revive lo que estaba muerto, prefiero la indiferencia, elijo defenderme del odio con mi indiferencia.
Llega un momento en el que te acostumbras a perder, porque esto debe de pasarnos a todos.
Te llegas a creer todo lo que la ilusión te quiere hacer creer.
Pasemos a la pagina siguiente, porque no podemos evitar que la ilusión nos visite de nuevo.
Por mucho que no queramos.
Conocer los riesgos y aún así tomar el camino difícil.
Y solo te confundí con la persona indicada.
Hasta hacerme trizas yo misma.
Escucha.
¿Cómo era eso que decías? Que te quedarías, y que no habría despedida.
La soledad me ha tratado tan bien.
Andan diciendo que solo le eres fiel al viento.
Como siempre.
No sé cuanto voy a poder soportarlo.
ThB.
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