"Necesito sudarte,
como se suda un día de verano.
Si me olvidas
No habrá remolimos,
ni altibajos ni emociones"
Vanesa Martín.
Cuando tienes dudas frente a alguien solo puedes hacer dos cosas:
Alejarte de esa persona,
y con ese espacio sepas que hacer.
O acercarte y ver que pasa,
mirando,
sin decir nada.
Los "directos" siempre han sido mejores.
Tantas veces que no lo apreciamos,
por no entenderlos.
Por no encontrarle sentido a eso de lo extraño de los reencuentros,
por no ver que nada ha cambiado.
Debemos de saber agradecer.
Sal,
diviértete,
baila,
ríe.
Haz tu vida,
y luego si alguien le apetece acompañarte,
si alguien quiere implicarse en ella,
que esté.
Pero que esté de verdad.
No a ratos.
Solo un instante con una persona,
con ese tipo de personas,
esas que son magia,
aunque no lleguen nunca a saberlo.
Personas que te rescatan,
que hacen que quieras rescatar,
huyendo juntos de la rutina.
·Miss.Tina·
Miro a un lado,
Por si encuentro la complicidad en tus ojos
Por si acaso me haces algún gesto y noto
que de nuevo ganamos confianza.
Tomo aire,
para hablarte muy bajito cuando llegues a mi hombro
demasiada tempestad para un viaje
mírame pero no digas nada.
No sé en qué momento me alejé de ti
ni cuando nos giramos para ser,
el caso es que ahora somos dos extraños
en el bar del desengaño y nos falta hasta la sed.
¿Cómo lo resolvemos?
¿Cómo hacemos un ovillo con todo lo que sabemos
no me guardes en cajones lo que se merece incendios,
ni me lleves la contraria con recelos sin conciencia.
¿Cómo lo rescatamos?
Encontremos el sentido de lo que nos ha pasado,
cuántas veces repetimos lo que ahora ni nombramos.
Qué difícil tanta vuelta.
Ya sabemos como es aquello de cambiar el rumbo
Simulamos y ponemos mil alertas
Cuando alguno de los dos se ronda
No sé en qué momento se alejó de mí
ni cuando nos giramos para ser,
el caso es que ahora somos dos extraños
en el bar del desengaño y nos falta hasta la sed.
Y llegas levantando polvo,
castigándome las ganas.
¿Qué ha sido de la prisa de sábanas gastadas?
Gritamos y gritamos sin llegar a decir más nada.
Por si encuentro la complicidad en tus ojos
Por si acaso me haces algún gesto y noto
que de nuevo ganamos confianza.
Tomo aire,
para hablarte muy bajito cuando llegues a mi hombro
demasiada tempestad para un viaje
mírame pero no digas nada.
No sé en qué momento me alejé de ti
ni cuando nos giramos para ser,
el caso es que ahora somos dos extraños
en el bar del desengaño y nos falta hasta la sed.
¿Cómo lo resolvemos?
¿Cómo hacemos un ovillo con todo lo que sabemos
no me guardes en cajones lo que se merece incendios,
ni me lleves la contraria con recelos sin conciencia.
¿Cómo lo rescatamos?
Encontremos el sentido de lo que nos ha pasado,
cuántas veces repetimos lo que ahora ni nombramos.
Qué difícil tanta vuelta.
Ya sabemos como es aquello de cambiar el rumbo
Simulamos y ponemos mil alertas
Cuando alguno de los dos se ronda
No sé en qué momento se alejó de mí
ni cuando nos giramos para ser,
el caso es que ahora somos dos extraños
en el bar del desengaño y nos falta hasta la sed.
Y llegas levantando polvo,
castigándome las ganas.
¿Qué ha sido de la prisa de sábanas gastadas?
Gritamos y gritamos sin llegar a decir más nada.
Y todo tiene solución,
si de verdad se quiere solucionar.
Dejemos de quejarnos y revive tus ganas de buscar soluciones.
Lo tenemos todo para errar,
el tiempo nos ha dado la contraria,
sin prisas ahora,
porque también tenemos todo para ganar,
para acertar.
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