Teal Moustache Realidad divagada: Maldito cuento.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Maldito cuento.





·Sin dar nada a cambio, 
he burlado sin más la verdad de que esta vez me necesitas·



Y que mentira.

Hasta que nos descubrimos hablando solos.

Hoy el día ya no nos sabe a miel,
hoy me pides que te comprenda,
que te ayude,
ay amor que irónico estás últimamente.

Presupones sin dejar hablar al tiempo,
como si no existiera,
como si nada más importara,
solo cuando tú quieras darle su debida importancia.

Cuando tú mandas.
Y yo te digo que después.

Ese después que se convierte en nunca,
que nos destroza,
nos aniquila
y nos enseña.

Ese después que desgasta las ganas,
que nos quema las ilusiones,
que nos abruma los secretos.

Ese que nos hace emocionarnos por saber lo que viene detrás,
que nos agarra,
que nos deja hecho jirones.

Ese que nos besa lento y se esfuma.
Ese que nos hace querer correr a deshora.

Ese que hace oportuno cualquier momento,
menos el ahora.


Y aquí estamos no estando,
eso nos provoca el después.

Hace que nos perdamos,
y se nos hace imposible el alejarnos de él.

Nos acaricia,
se burla de nosotros sin saber hasta cuando.

Caótico después,
que fácil se nos hace corresponderte.

Vete y no vuelvas,
no te enredes más en excusas.

Porque para no saber ganarme, mejor corre como siempre.
Porque para no estar, mejor que huyas como siempre.

Deja de abusar de tu poder.

·Miss.Tina.




A veces me encuentro contigo
cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.

Aún sigo creyendo en el polvo de las mariposas
no quiero unas alas que vengan ya rotas,
el mar siempre supo guardarme el secreto.

Él me pide su trozo de arena y después lo pervierte
vaciando montañas para cuando llegue
aquella que le hace bajar la marea.

Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.

Llegó para irse como quien viaja a la cola del viento
me hizo llorar al besarme muy lento,
no habrá una ciudad donde no me emocione.


No pude dejarte la puerta entreabierta esa tarde
hacerte pasar para nunca agarrarte
ya sabes que a ratos resulto una idiota.

Yo no pude meterte en la caja de historias pendientes,
hablarte bonito mientras te me duermes,
quedarme tu tiempo a cambio de nada.

Te sentí tan dentro que a veces
presiento que estás a mi lado.
Me gusta contarte lo que me ha pasado
hasta que descubro que he hablado sola.

Te sentí tan dentro...

A veces me encuentro contigo cuando no te espero,
tras la sorpresa me toca pensarte.
Érase una vez este maldito cuento.

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