·Antes me largo que ser como el resto·
Esa extraña lucha entre el pensar en nuestro propio bien y no solo en la felicidad de los demás.
Que sí, que eso de querer implica en que desees lo mejor para esa persona, pero ¿y nosotros mismos?
¿Somos felices así?
Que amargas las despedidas donde no sabes que no volverás a eso.
Que vacías.
Que inflexible ese "hasta luego" disfrazado de un viejo "Adiós".
Sin avisar.
Sinqueriendo.
Porqué, si el corazón se aburre de querer ¿para qué sirve?
Y es que a veces no lo valoramos, no nos enteramos de lo que puede valer el corazón, de lo que vale amar.
O eso, o nos hacemos los desentendidos.
No sé que es peor.
·Miss.Tina·
El tiempo en esta habitación me sabe a vino.
Y no teníamos nada que perder.
Las escaleras son interminables sino hay quien te espere.
Hoy todo lo demás es lo de menos.
Tengo la sal entre los ojos mojados.
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