·No queremos a alguien que remedie sus errores, queremos a alguien que no los cometa con tanta facilidad·
El ser humano quiere lo que no tiene.
Así de simple.
Algunos viven esforzándose en querer y valorar lo que se tiene,
otros prefieren no estar conformes con nada,
regalando quejas allí por donde van,
esperando ser correspondidos sin más,
no se trata de ser inconformistas,
se trata de ir a por lo que quieres no despreciando aquello que tienes,
parece muy difícil.
Nos empeñamos en tener aquello que el vecino de al lado tiene desde hace años,
eso que por costumbre ya ni se acerca a apreciarlo,
hasta que un día eres tú la persona que quiere asomarse,
adorar esa simple cosa,
por el sencillo hecho de no tenerlo.
Solo queremos llenar un vacío que ni siquiera existe,
nosotros lo creamos buscando algo con lo que entretenernos,
un nuevo objetivo.
Ya sea de otro color,
o que nos aporte otra sensación,
da igual que tengamos el mismo modelo,
con las mismas características.
No importa lo que piensen los demás,
no importa las locas ideas,
no importa cuanto tardemos en conseguirlas.
Solo nos dejamos consumir por el deseo pasajero,
nosotros lo convertimos en inconformidad,
lo transformamos en algo necesario,
tan inevitable que nos duele,
y entonces lo pasajero se convierte en duradero,
en interminable.
Hasta que llegue alguien que te haga sentir tan conforme que no necesites buscar ningún nuevo objetivo,
que te haga querer aquello que posees,
que haga que veas que por más pertenencias que tengas no eres más que nadie,
ni menos,
no se trata de un amor ciego,
ni siquiera se trata de amor,
se trata de realidad,
de la perspectiva de dicha realidad.
De cómo vemos,
de cómo miramos,
Deja de mirar aquello que tiene el otro,
deja de darle vida a ese deseo absurdo,
vive con lo tuyo,
vive, que de eso se trata este juego,
no pierdas más tiempo pensando que puede ser mejor.
·Miss.Tina·
Ha pasado tanto tiempo,
finalmente descubrí tus besos.
Me enredaste en tu mirada,
me abrazaste con todos mis defectos.
Tú sí que sabes quererme,
tú sí que sabes adorarme, mi amor.
No te vayas, quédate por siempre, para siempre;
para siempre amarte.
Corazón, tú sí sabes
quererme como a mí me gusta.
Soy la flor encendida
que da color al jardín de tu vida.
Corazón, tú sí sabes
quererme como a mí me gusta.
Por favor, no me dejes,
que soy valiente en corresponderte.