Teal Moustache Realidad divagada: Amargo.

viernes, 21 de abril de 2017

Amargo.




·No puedo ser de nadie, 
si algo de ti yo tengo, 
y no voy a soltarte 
hasta que lluevan rosas del cielo·



Nos abandonamos al desafío,
sin pensarlo,
ni siquiera un solo minuto.

Por más que lo intentes ya no me conformo,
por muchas vueltas que me quieras dar ya no,

Y es que por mucho que queramos ser de alguien,
por mucho que queramos conformarnos no vale,
no es así de simple.

Nos llega el verano y no estás aquí haciéndote el valiente,
porque no se trata de querer hacer algo,
no solo es proponerlo,
es hacerlo.

Haciéndote el valiente, cogiendo valentía ajena,
tan desproporcionada como mis defectos,
pero llegas encendiendo y dando color sin motivos,
solo llegas haciendo que estemos dispuestos,
para seguir siendo testigos,
dejando de ser errantes protagonistas,
y qué más da ser secundarios ahora,
no importa si es contigo,
y que típico.

Afloras incluso con tus manías por bandera,
y aquí con miedo, aún siendo la única que puede descifrarte,
es tan fácil quedarnos con la herida,
pero, ¿desde cuando tomamos la salida más rápida?

Sabes tratar cada milímetro de mi silencio,
lo tomas, y haces un mundo.

Y me dejas claro aún sin hacer nada,
que por mucho que no quiera corresponderte,
hay ratitos en los que se nos vuelve inevitable.

Pero no podemos ser de nadie,
si nos llevamos a rastras, abrazando a un viejo pasado.

Me obligaste a soltarte,
no hay ningún papel para ti ahora,
para ti es tarde.

Siendo mi fe,
mi hogar,
mi inspiración.

Hiciste que mi silencio te buscara aún siendo tú el culpable,
nunca estuviste cuando más te necesité.

Los años solo han servido para aclarar toda esta maraña de frustraciones inconclusas.

Tu silencio hace tanto eco que ya no necesito tu ruido,
ya no quiero tus excusas,
y he aprendido a apreciar tu falta.

Porque hay cosas que nunca se podrán perdonar.

Contigo ya gasté mis siete vidas,
y ya resolví tu incógnita escondida.

Yo,
la persona que quería mostrarte la libertad al estar con alguien,
la verdad de ello,
alejarte de la soledad.

Pero no puedo seguir luchando contra tu muro imborrable.
Y ya no queda ni una pizca tuya de respeto para mí.

Quemaste mis excusas,
mi paciencia,
me aferraste al daño.

Y yo solo quería apegarme a no darme por vencida con los imposibles,
a intentar siempre sanar lo que fuera que quedara,
a salvar(nos).

Estaba convencida de mi amor por ti,
pero lo cierto es que te idealicé,
creé una idea de como eres,
y me sorprendí con la realidad de tus actos,
me ardían tanto que ya no sentía que era real ni que mentira.

No eres real,
nunca lo fuiste,
que fácil es enamorarnos de la absurda idea que nos montamos,
y que decepcionante ver luego la burda respuesta que nos da la realidad.

Que triste mirar a alguien y no reconocer a esa persona después de años.



·Miss.Tina·




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