Esconderte en mi noche

"La casualidad nos da siempre lo que nunca se nos hubiera ocurrido pedir"

Alphonse de Lamartine.

Hoy desfila mi inseguridad,
menciona a mis dudas y recorren juntas mi cuerpo, mi realidad.

Tengo miedo de que mis imperfecciones te muerdan y no quieras volver.
Que mis cuentos no te atrapen sinqueriendo.

Miedo de que no quieras apreciar mis amaneceres.

Miedo de que mi sabor a miel te endulce demasiado.

Tengo miedo,
miedo de que te enredes con tu pasado,
que te empañe tu ilusión,
que no quieras ser mi presente.

Tengo miedo de que no comprendas mi forma de vivir,
que no aceptes mis inquietudes,
que no comprendas que soy más imperfecta que perfecta,
que no comprendas mi forma de alabar tus detalles,
que no entiendas que ahora necesito curarme a base de ilusiones,
que deseo que esas ilusiones las traigas tú.

Que no puedas entender que todo lo que idealicé ahora me persiga con tu nombre como firma.

Que solo quiero asumir riegos ahora.
Si te pretendes quedar.

·Miss.Tina·

No tengo su pelo dorado, ni un liso perfecto 
sus rizos ahuecados... 
Ojos azules, yo por el contrario, 
no suelo peinarlo y no tengo muy claro de qué color es. 

Pero en él tú puedes, esconderte en la noche 
y que nadie te encuentre y esfumarte en el túnel 
camino a mis ojos de negros desfiles 
de luces que brillan pintando mensajes que te idealicen. 

Y por mencionar su pecho, pequeño y bien firme 
soportes de aguja, delgado vientre. 
No tengo otra opción, pues con la gravedad 
y el peso del mío tenderá a bajar. 

Te propongo un juego, maternal deseo 
almohada en la noche, primer alimento 
de quien te hará inmortal y quien querrá brotar 
detrás del ombligo que tanto te gusta tocar. 


Si decides marchar, te espero tranquila que ya volverás, 
si te pretendes quedar, asumo el riesgo de oír todo lo que perdí 
si me dan a elegir, te ofrezco lo más exacto de mi 
decoro defectos con el fin de ser perfecta para ti. 
De ser perfecta para mi, para los dos. 

Pero de mis extremidades no te puedes quejar, 
largas y delgadas, brazos firmes a explorar. 
En cambio mis pies, feos, largos y llanos 
y sé lo que odias las uñas de mis manos. 

Tuyos mis soportes, tuyos son mis dedos 
pa contar los lunares que decoran mi cuerpo. 
Tuyos son los hoyuelos que acaban en mi espalda 
y tuyas las caricias que deshacen mi cama. 


Ni chata mi nariz, ni de carnosos labios 
ni orejas pegaditas ni mentón delicado. 
Con facciones duras, mejillas en alto 
pero rostro risueño con sabor a miel. 

Oleré deseos, morderé tus miedos 
escuchando tus ruegos, besaré tus éxitos. 
Me inventaré mil cuentos, te cantaré mil nanas.