-Te quiero.
-Repítelo.
-Te quiero.
-Me gusta como suena de tu boca.
Hoy sigo con el 4º proverbio.
"La primera vez que me engañes será culpa tuya, la segunda vez será culpa mía"
Cuando perdonas también conlleva sus consecuencias,
conlleva que aceptas,
que ya eres parte de ello.
Y llegamos a ese punto extraño.
Llegamos atontados,
confusos.
Pero una cosa es perdonar y otra muy distinta es permitir.
Dejamos que nos dañen y nos dañamos nosotros al hacerlo.
A veces llego a pensar que nos gusta equivocarnos,
tropezar una y otra vez,
con la absurda excusa de aprender.
¿Pero que será de nosotros si no perdonamos?
Nos guardaríamos ese daño dentro,
creando más daño si es posible.
Abriendo heridas.
Dejándolas ahí,
abiertas.
Sin embargo perdonando,
intentamos cerrar ese daño,
cerrar esa herida.
O por lo menos apartarla de nosotros.
Perdonar es correcto,
pero no confundas con dejar pasar, o permitir.
Ahí ya no habrá excusas de tu parte,
ahí habrás fallado tú.
Al igual que tú decides si ese perdón es breve o eterno.
Breve por perdonar una vez y correr, lejos.
Eterno por perdonar sin billete de vuelta, un perdón sin fin.
Una y otra vez, permitiendo.
·Miss.Tina·
¡Buen comienzo de rutina!
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