·Pedir hasta estallar·
Ya es hora de renovar,
y hablar de caras nuevas.
A ti,
que contigo nunca pierdo,
y a mí,
que nunca acierto del todo,
y a ti corazón,
que tiritas y no de frío,
ya lo ves me has marcado,
y es un verdadero placer el volvernos locos así,
y aquí desde mi frío presente me confieso,
no niego que nunca sentí,
pero todo esto es nuevo,
es una necesidad enclaustrada en mí,
obligándome a querer que te quedes justo aquí,
perteneciendo a mi circulo de felicidad,
esa necesidad busca tu luz
en toda esta miseria de falsas ilusiones,
acabadas.
Y ya no pido perdón por ello,
y gano casi sin quererlo,
¿lo merezco?,
y fíjate que no siempre se puede ganar.
Quédate y gáname,
en mi burbuja frágil y a la vez intocable de mi vida,
que te quedes no sé de que forma,
no busques las maneras,
ni ningún final,
quédate sabiendo hasta cuando.
Que te escondas en mi razón y no existan ya despedidas posibles.
Porqué nada de prosa ni verso sirven aquí,
no está en mis planes esto,
no viene a cuento.
Tampoco esto es una arrugada y simplona declaración de un burdo amor,
quizás nunca te supe ver,
o tal vez sí,
pero no pude ser mejor.
Y ahora míranos,
no hay tregua que nos valga,
a nosotros no.
Lo único que temo es que algún día haya en ti una pizca de odio para mí,
por mi ridículo pasado,
inerte ya en mí,
que existan miedos indecentes
y sucia desconfianza sembrada en ti.
Que ya no pueda derribar ese orgullo tuyo,
y no se trata de poner un nombre elocuente,
ni ningún calificativo.
Fervientemente creo aquí,
que es mejor que te olvides de como me llamo,
nadie te pondrá a prueba las absolutas 24 horas de tu día,
ni podrá exigirte sacar lo mejor de ti,
no tendrás que cuidar todas y cada una de tus palabras llegando a extremos que parecían inalcanzables.
que olvides mi dirección y todo el altibajo que soy yo misma,
porque no nos habíamos encontrado en el momento adecuado
y entre mi cobardía pasada y yo,
no nos supimos poner muy de acuerdo.
Entre el tiempo y yo,
no nos quisimos enredar,
dejándonos pasar.
No quiero acostumbrarme a no hablarte,
no quiero un final.
A ti,
que contigo siempre soy la mejor,
me haces sentirme fuerte,
casi invencible.
No me preguntes el por qué,
es de las pocas cosas en mi vida en la que no encuentro una dichosa respuesta,
ya callé a mi curiosidad,
porque en el fondo no necesito ese por qué.
Y ahora en un bucle constante,
solo sueño que ojalá que mi indecisión no te cause ningún daño.
·Miss.Tina·
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