Teal Moustache Realidad divagada: Dispuestos, desde aquí hasta el infinito.

lunes, 23 de enero de 2017

Dispuestos, desde aquí hasta el infinito.


 
 ·A las personas no se les puede tener ahí por las dudas, 
hay que quererlas cerca o dejar que se vayan lejos·


Es tan sencillo que se nos olvida aplicarnos.
Se nos escurre,
lo damos por hecho.

Y luego queremos pedir perdón como si nada,
queriendo que nos salven la vida sin dar nada a cambio.

Nada más que un perdón vacío,
sin alma.

Lo que merecemos es silencio,
lo único que se merece eso es silencio.

Silencio que nos haga despertar,
de esos que hacen falta para darnos cuenta de la verdad.

Ese silencio que encierra la cruda realidad.
Ese silencio que está dispuesto a abrirnos los ojos,
ese tan puro y tan real que casi nunca se deja oír.

Por eso,
no quieras tener a alguien por tener,
no presupongas,
sabes cuando quieres que esa persona esté en tu vida,
en ti,
y cuando solo quieres poner kilómetros de por medio.

Comprende que no sirve de nada usar de esa forma a nadie.
Deja de mentirte.

·Miss.Tina·





Te has perdido quien soy,
como respiro,
que me hace temblar en todas sus vertientes,
que me despierta, 

has manipulado cada emoción pura que me yacía bajo las uñas, bajo mi pecho,
entre mi cuello, 

te has perdido como soy un 3 de febrero, 27 de mayo o un 15 de agosto,
aquí en Madrid, en Málaga, o Buenos aires, 

no sabes como huelo a casa después de cuatro días de encierro, besos y pan
no me has hecho el amor después de no entendernos y discutirnos,
ni tampoco me preparaste nunca la cena, 

te has perdido quien soy cuando hablas de mí o me colocas donde quieres y no estoy,
y presupones mis movimientos, mi sentir, 

cuando me comparas con alguien que ya ocupa tu vida,
te has perdido quien soy y lo que estaba dispuesta a darte y a hacerte,
quizás no es tan de locos esto que te cuento, 

quizás tenías que haberlo perdido para yo seguir respirando bonito a quien me llena la mesilla de margaritas,

y me concede el baile de su vida,
me viene a buscar por sorpresa,
me rompe la camiseta a bocados y me zarandea cuando me ve triste, 

y me lleva a la montaña más alta para  brindar con matarromera ,
y me regala un vestido bonito para que sea su acompañante en una de sus noches más especiales,
y me devuelve el aliento que perdí intentando explicarme,
y  me deshonra cada madrugada por hacerme únicamente suya, 

me entorpece la intención de irme,
me recuerda al amor más puro, y más natural que siempre quise,
me deja sus ojos como cuevas, donde adentrarme para vivir sus historias y las mías, 

y me hace reír, mucho,
todo esto me lo hace la mayor parte del tiempo,
sin querer ganarme,  

tan solo dejar rodar su esencia sin condiciones, ni dobleces,
sin apenas hablar.

Vanesa Martín.

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