Contémplame.
Confío en ti, confío en mí.
Lleguemos al final.
Y luego juremos un último minuto a solas.
Es una de esas veces en las que peleas con alguien y no quieres volver a ver su cara en lo que te reste de vida, y luego somos capaces de no simplemente ver su cara mil veces más, sino que se puede querer más aún.
Son esas situaciones que se dan la vuelta sin que lo esperes, sin que lo quieras, pero ahí estás.
Envuelta en la maraña de ilusiones, porque con cada problema resuelto avanzamos en el camino, y nos aumentan las ganas de llegar al límite, a nuestro final, si es que existe claro.
No es bueno concentrarse en los sueños y olvidarse de vivir.
A veces pienso que soy la contradicción en persona, sé que algo está mal o que haya algo que seguramente me perjudique de manera infinita..pero no me siento..no me sale la voluntad necesaria para apartar de mí dicha situación.
Y existen otros momentos en los que sí, abro mis ojos y sé que debo pensar en mí, porque al fin y al cabo ¿quién lo hará si no soy yo? y me armo con todo mi valor ..salgo y me alejo, corro lo más lejos que puedo, pero mi lucha interna entre el bien y el mal, está ahí, mi cabeza y mi corazón, están ahí peleando, aferrándose a falsos progresos, falsas palabras y promesas banas, es tan difícil solo parar en seco por una vez. Respirar, y saber que esto que hago ahora lo agradeceré en el futuro.
Pero es tan complicado, el destino es tan caprichoso, te pone justo delante de ti todo lo que realmente tarde o temprano permanecerá contigo, antes o después.
Y me lleva a divagar con esto:
Con cuántas personas estamos, y sin embargo, con qué pocas somos.
Mi confesión de hoy es para las personas que no nos damos ni cuenta de lo grandes que son las personas con las que realmente somos, con las personas que sabemos ser nosotros, que nos tomamos confíanzas, nos enfadamos, nos reímos como nunca, incluso las que nos hacen llorar de felicidad.
Solo debemos dejar de mirar, para ver.
Apostar y no solo con las palabras sino con los hechos.
Contigo soy, no estoy.
Conmigo eres, no estás.
ThB.
Llega un día que lo único que queremos es vivir en paz, sin sufrimiento. Cuando tienes ese deseo no dejas que las contradicciones perturben tu corazón, sabes donde quieres ir y donde va el camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Exacto, pero¿cuándo llega ese día?
EliminarUn saludo! y gracias por comentar :)
Me refería a que llega un dia que estás tan agotado de pelear, por los demás, por lo que sienten, y sientes, que lo único que deseas es calma interior.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues si, lo único que se desea es encontrar esa calma interior, a veces es tan complicado, nosotros lo complicamos.
EliminarUn saludo!